Creo que tuvimos la fortuna de nacer en épocas de redes sociales, pero como todo en esta tierra, unos se conforman solo con ser espectadores.
Claro que… ¿Y qué tal si no hay nada al final del camino?
Es decir, si no hay éxito, fortuna, fama ni nacimos con un propósito que perseguir. ¿Qué tal si no nos espera nada? ¿Si tan solo somos personas del común y nos compete solo existir y ser felices en lo que se pueda en esta existencia?
Con esa pregunta llego el joven samurai Takeda ante el sabio de la montaña, cuando en su juventud una fuerte incertidumbre y temor de futuro le abrumó su corazón.
El viejo tomó un poco de té, respiro profundo y le dijo: ¡Estas en lo correcto como nunca Takeda, no hay nada en el futuro, ni fama, ni poder, ni fortuna alguna para nadie. ¡Estas en lo correcto como nunca Takeda!Somos personas del común y nos compete solo existir y ser felices con lo que hay.
Bueno y ya que no nos espera nada joven Takeda, y todo está por hacer, pues hagamos proezas en nuestra existencia.
Y así, siguiendo el consejo del viejo, el joven Takeda Shigen hizo de su vida una proeza que aún se escucha en toda la isla de nippón.
Yokoi Kenji Díaz
Me pasa con fé-cuencia digo frecuencia. Me hé vuelto viajera, tanto que alcancé a casi morir y tuve 11 meses de hospitalización en México. Ni siquiera sabía que era una hospitalización en Colombia.
También en Francia tuve tres semanas de hospitalización…pero el propósito de Dios conmigo que es mí propósito siempre termina por buscarme incluso allí en esos lugares…de hecho es donde tengo más claridad de éste.